martes, 2 de diciembre de 2014

Las fobias pueden ser recuerdos transmitidos de los genes de los antepasados

Unos científicos han encontrado que los recuerdos podrían ser pasados de generación en generación en nuestro ADN.


Según una nueva investigación, los recuerdos pueden transmitirse a las generaciones posteriores a través de interruptores genéticos que permiten que la descendencia herede la experiencia de sus antepasados, lo que podría explicar cómo pueden desarrollarse las fobias. Los científicos han asumido durante mucho tiempo que los recuerdos y las experiencias aprendidas, acumuladas durante toda la vida pueden pasarse a las generaciones posteriores o a través de la experiencia personal. Sin embargo, una nueva investigación ha demostrado que es posible que alguna información sea heredada biológicamente a través de cambios químicos que ocurren en el ADN.

Los investigadores de la Universidad Emory de Medicina en Atlanta, Georgia, encontraron que los ratones pueden transmitir la información aprendida sobre experiencias traumáticas o estresantes a las generaciones subsiguientes, que en el caso de este estudio fue el temor al olor de una flor de cereza. Los resultados pueden ayudar a explicar por qué las personas sufren de fobias aparentemente irracionales y puede basarse en la experiencia heredada de sus ancestros. Así, por ejemplo, el miedo a las arañas puede ser en realidad un mecanismo de defensa heredado que sufrió un antepasado que se estableció en un familia genes por un encuentro aterrador con un arácnido.

El Dr. Brian Días, del Departamento de psiquiatría de la Universidad de Emory, dijo: “Hemos empezado a explorar una influencia poco apreciada sobre el comportamiento en un adulto de una experiencia ancestral adquirida antes de su concepción”. Desde la perspectiva de la experiencia transmitida, nuestros resultados permiten apreciar cómo las experiencias de un padre, antes de siquiera concebir descendencia, influye notablemente tanto en la estructura como en la función en el sistema nervioso de las generaciones posteriores.

Este fenómeno puede contribuir a la etiología y la transmisión intergeneracional potencial de riesgo de trastornos neuro-psiquiátricos tales como fobias, ansiedad y estrés postraumático. En el estudio, que se publica en la revista de Nature Neuroscience, los ratones entrenados por los investigadores se les inculcaron el temor por el olor de la flor del cerezo utilizando descargas eléctricas antes de permitirles que se reprodujeran.

Las crías generadas posteriormente mostraron temor ante el olor de la flor de cerezo en comparación con un olor neutro, a pesar de que nunca lo habían olido antes. La generación siguiente también mostró el mismo comportamiento. Este efecto continuó aunque los ratones habían sido engendrados por inseminación artificial. Los investigadores encontraron que los cerebros de los ratones entrenados y su descendencia mostraban cambios estructurales en las áreas utilizadas para detectar el olor.

El ADN de los animales posteriormente engendrados también tenía cambios químicos en el gen, conocidos como metilación epi-genética, encargada de detectar el olor. Esto sugiere que las experiencias de alguna manera se transfieren del cerebro al genoma, permitiendo que se transmita a las generaciones posteriores. Los investigadores esperan llevar a cabo trabajos adicionales en adelante, en primer lugar para comprender cómo la información llega a almacenarse en el ADN.  También quieren explorar si se observan efectos similares en los genes de los seres humanos.

El Profesor Marcus Pembrey, un genetista en pediátrica de la Universidad de Londres, dijo: “El trabajo proporciona pruebas convincentes de la transmisión de la memoria biológica”. Añadió: “Aborda el tema del temor constitucional que es altamente relevante para las fobias, la ansiedad y los trastornos por estrés postraumático, además del controvertido tema de la transmisión a las siguientes generaciones de la 'memoria' de la experiencia ancestral”. Es hora de que los investigadores de salud pública tomen en serio las respuestas humanas trans-generacionales. “Sospecho, agregó, que no entenderemos el aumento de los trastornos neuro-psiquiátricos o la obesidad, la diabetes o los trastornos metabólicos sin tomar un enfoque de múltiples generaciones."



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